#ALGEMESÍ/ ALFOMBRA ROJA PARA NEK ROMERO

Nek Romero ahora mismo es el amo del cuadrilátero de Algemesí y Algemesí lo ha sacado por la Puerta Grande en la primera de sus tardes de esta feria. Seguro que a él no le ha venido demasiado bien. Cuestión de honestidad. Sabe que la oreja del tercero no la merecía tras coleccionar demasiados pinchazos. Torció el gesto cuando asomó el pañuelo y nada más recogió el trofeo, se lo regaló a un chaval. Seguro que la salida a hombros le parecía excesiva, pero, total -alguien le diría-, si han querido que salgas así, pues habrá que salir a hombros.

Total, ahora mismo eres el amo. Aquí amaneció su afición y luego la férrea voluntad de querer ser torero. Entre los maderos que cada año construyen esta maravilla de plaza se albergan también los sueños del propio Nek que él mismo se está encargando en convertir en realidad.

Por eso, nadie mejor que él conoce los resortes de los cadafales, donde parece que cada uno haga la guerra por su cuenta, pero cuando los estimulan se lanzan en tromba, todos a una. Nadie mejor que Nek conoce sus necesidades y puntos débiles. Porque Algemesí se entrega a Nek y viceversa.

‘No volem escola’ rezaba el capote de Nek, grito de guerra de la chiquellería de Algemesí en contra de la mente antitaurina que aprovechó su paso por las instituciones educativas para poner lectiva la Setmana de Bous, cuando todo está patas arriba y la mejor educación es saber convivir en los cadafals.

Esa fue la primera ovación, luego un quite, para seguir con el brindis a su público y el inicio rodilla en tierra. Al tercer muletazo esa técnica callada, su poder, su temple, la difícil facilidad de al tercer muletazo de rodillas, aguantar el parón, tirar y reducir la embestida pese al molesto e incesante cabeceó que a Nek le dio igual. Ni se inmutó cada vez que se pasó al novillo por la faja con limpieza, mando y esa ciencia con la que equilibra las faenas a izquierdas y a derechas. Porque pincho antes de estocada y descabello solo cortó una oreja.

La tarde para Nek fue de alfombra roja. El lote de Virgen María le sonrió más. Novillada en conjunto demasiado agradable de presencia. A Alberto Donaire, que debutó con picadores, no le ha resultado tan agradable su lote, por hache o por bé han sido dos papeletas.

El primero de Donaire sacó profundidad en la embestida, pero a partir del segundo lance ya le costó mucho tirar adelante. Cuando lo hacía, se venía con clase y por lo vuelos. Pero fue desesperante tanto ‘je toro’ en plan sacacorchos.

El segundo de Alberto Donaire era burraquito, el pelo mandón de la segunda mitad del festejo. Por cierto, no es recibo más de media hora de descanso entre segundo y tercero. Y Donaire ahora sufrió coladas y atragantones. Por el derecho se lo echó a los lomos al primer intento. Y por el izquierdo rebañó siempre sin acabar de irse. Lo dicho, una papeleta.

Lo que tuvo mérito en el día del debut con picadores de Alberto Donaire fue su actitud al tirarse a matar e irse tras la espada sin excusas. No es detalle baladí: si la espada funciona, que siempre es necesaria, pueden funcionar más cosas. Convencimiento más allá de haber cuajado o no la faena deseada. Alberto Donaire dejó una casi entera a su primero y otra hasta la bola al complicado cuarto y gracias a ello arrancó una orejita.

En cambio a Nek se la regalaron del tercero tras pinchar y pinchar. Faena de cuidar. Muy justo de fuerzas el otro burraquito del festejo. Nek tiró de firmeza y antes lo banderilleó exultante hasta enloquecer a la plaza entera en un alarde de facultades y poder frente al novillo. Luego desarrolló el toreo de cercanías y aires verticales. Casi de acariciar. Despacio, muy despacio. En una de esas llegó la voltereta porque no había más espacio al rizar el rizo y para rematar ligó circulares completos por la espalda hasta no caber más. Tras tres pinchazos llegó la oreja y la puerta grande chica. Lo sabe, es excesivo, pero la alfombra roja ya estaba echada.

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