#ALGEMESÍ/ TARDE DE DECEPCIÓN: EL TOREO ES GRANDEZA, ESTO OTRO NO LO ES

El toreo es grandeza. Si tienes una plaza que es una joya. Pura orfebrería de un pueblo y su historia. Si tienes una sociedad que se desvive por preservar, compartir y transmitir su patrimonio de puertas para adentro,. Si te admiran y te envidian de puertas para afuera. Si tu Setmana de Bous se distingue entre las principales ferias. Si es motor económico y en septiembre Algemesí hace su agosto. Si todo eso, y además tienes un torero con una proyección como hace tiempo que no se ve. No. Si todo eso, y además queda claro que el toreo es grandeza, no. No se puede recanear con el toro, el novillo, ajustar el presupuesto por ahí, lidiar una novillada con hechuras de becerrada justo en el día que, según el guión no escrito, toda pasión se debía desbordar.

La tarde acabó con la plaza de Algemesí gritando el manos arriba esto es un atraco como remate a una Setmana de Bous que ha dejado tanto que desear. Sobre todo porque el toro ha fallado por activa y por pasiva.

Era la segunda tarde de Nek. Había mucho por justificar tras una puerta grande fruto del paisanaje en su primera tarde anunciada. La novillada de Victoriano del Río era menú de lujo, pero defraudó. La presentación fue de sin caballos. La mansedumbre asomó en cada novillo. De fuerzas andaban cogidos con pinzas. Y al final la gente se cabreó. De tanto querer cuidar todo, tanto mimar, pues el espectáculo decepcionó.

Nek Romero está capacitado para más. Bastante más. Tiene la virtud de sorprenderme cada vez que se le plantea un reto. Pero aquí en vez de un reto le prepararon un paseo en barca virtual.

Con su primero estuvo a gusto. El novillo tenía, sobre todo, celo, pero al salir del peto se abrió de atrás y eso ya lo acusó siempre. Suelto de carnes, con cuello, buena expresión, pero una carita demasiado palentoncita. Embistió, se movió, pero sin la entrega esperada al principio. Nek, que arrancó muy dispuesto, de rodillas, le respetó la distancia, le dio aire, lo apretó con justeza por abajo y se firmó unas bernardinas de remate. Cortó una oreja tras pinchazo hondo y descabello.

El desastre vino con el cuarto. Preguntas así nos asaltaban: ¿Cómo seria la novillada de Victoriano del Río cundo se reseñó en el campo? ¿Pura entelequia? El colorado cuarto y último no tenía pólvora ni carcasa. Su paso por el peto no dio ni para un análisis. Nek, que no perdona una, se ahorro el quite. Y en banderillas definitivamente se derrumbó. Incapaz de embestir, a la defensiva sin pasar. Nek, muy vertical, tragó por demás hasta que llegó la voltereta sin consecuencias. Pero la plaza era un clamor. Pedía la devolución del novillo impresentable. Pedía el sobrero, la devolución del dinero. Un gallinero cabreado era aquello. Nek se veía compuesto y sin toro. Su Setmana al final acabó con una ruidosa bronca y demasiadas cuentas pendiente en tarde decepción.

Marcos Linares toma la alternativa en escasos días en la feria de Jaén. Con su primer novillie se le vio muy irregular. Su propuesta mejoró con el tercero de la tarde cuando al natural se dejó caer, cimbreó la cintura con gracia y toreó con las vueltos, buscando siempre ganar la acción con listeza. Con todo eso se metió al personal en el bolsillo conectó con facilidad y paseó una oreja de cierto buen gusto.

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