Foto: Jota
El recortador Noel Ribera consiguió llevarse el doblete triunfando en los concursos de Fallas y Magdalena. Por ese motivo pasó por el programa Embestidas y ahora recuperamos el podcast cuando el propio Noel Ribera ha dado la noticia de que tras la cogida sufrida en Arroyo de Ojanco «una luxación y una fractura» le impiden estar las próximas ctias que tenía anunciadas: Las Matas, Laguna de Duero y, sobre todo, Las Ventas de Madrid por San Isidro. Se corta así la racha que traía es temporada. Noel Ribera ya mira a Burgos, para el 28 de junio, para una posible reaparición. Como bien reflexiona en el podcast que puedes escuchar completo aquí: «Esto no es una carrera. Cada año que pasas en la cara del toro te da más campo visual, aprendes muchas cosas. Lo que más me ha hecho crecer es que todo llegue de forma natural, no forzar las cosas y, sobre todo, escuchar mucho a los mayores».
Pero ahí queda el incio de temporada de Noel Ribera, triunfador en València y Castellón, que por aquello de ser de Museros (València, Horta Nord), «son las plazas con mayor valor sentimental para mí. Ser triunfador de Magdalena y Fallas es muy difícil, y más con el nivel que ahora hay en los concursos de recorte, con el nivel de ajuste y con unos compañeros que siempre van al límite. Pero con la experiencia que he ido cogiendo en los últimos años, pues vas afrontando cada cita con la mentalidad de dar un poquito más… y este año he tenido la suerte de conseguirlo, también gracias a los toros que me han respetado, y alzarme campeón en los dos. La verdad es que es un sueño que cuesta de asimilar».
«Ahora tengo 29 años y llevo peleando en este mundo desde pequeño, cuando en las calles de València te vas criando con el toro. En València llevaré ocho o nueve paseíllos y en Castellón cuatro o cinco. El concurso nacional de Fallas es el techo para cualquier recortador. Forma parte del top 3: València, Zaragoza, Pamplona… y también Valladolid, donde el recorte tiene mucha importancia».
¿EL QUIEBRO O EL RECORTE?
«Me he criado mucho en la calle, y ahí se da más facilidad para hacer el quiebro. Rodar a un toro en la calle por espacio es más complicado. En la plaza sí se puede hacer, hay más espacio, y es en la suerte del recorte en la que estoy más acomodado ahora. Es la me está ayudando a conseguir los triunfos y las clasificaciones que he conseguido últimamente.»
«En la calle me puse por primera vez en Rafelbunyol en el toro de San Antonio. Cumplo años el 22 de enero, y el día que cumplí los 16 años salí corriendo de la comida de mi cumpleaños porque hacían toros en Rafelbunyol, y era la primera vez que podía cruzar la barrera de forma legal. Ese día ‘legalmente’ fue la primera vez cité al toro, lo vi venir hacia a mí y me aparté a un lado. Las cosas se hacían con el corazón pero no con la cabeza y el conocimiento que tengo ahora. Ahora no lo haría igual que entonces, pero sí con el mismo sentimiento».
«Lo fundamental es tener mucha afición desde pequeño y recorrer muchos kilómetros viendo toros. Escuchar a los veteranos. Ver y escuchar mucho. No tener prisa. Esto no es una carrera. Cada año que pasas en la cara del toro te da más campo visual, aprendes muchas cosas. Lo que más me ha hecho crecer es que todo llegue de forma natural, no forzar las cosas y, sobre todo, escuchar mucho a los mayores».
