LA SOLUCIÓN DE LA FERIA DE JULIO NO ES UN CARTEL MÁS REPETIDO QUE VERANO AZUL

¿Tiene solución la Feria de Julio? ¡Pues claro! Si un sábado de 20 de julio a eso de las 20 horas se han juntado más de 6.000 personas en la Plaza de toros de València para ver un cartel más repetido que Verano Azul, con tres espadas que llevan toda la temporada sin dar la mínima alegría y una corrida con los retales de dos hierros punteros, pero retales, pues tiene enorme mérito. A poco que se pusiera un poco de interés, se buscase agitar el cotarro y no seguir removido el lodazal de la charca donde nadan los taurinos, sí, esto debería tener solución. Pero con carteles así, con cromos de fiuguritas de taurinos como Matilla, Nautalia y Casas repartiéndose migajas de un pastel que prefieren escaso y sobras de ganaderías, que se derrumban de pura falta de casta, no, así no.

Lo de torear al final consiste en resaltar virtudes y pulir defectos. La crítica, o el periodismo, que al final también puede resumirse así, no puede tapar un cúmulo de defectos y errores a manos de los taurinos.

El cartel estrella de la Feria de Julio no ha tenido en cuenta lo ocurrido en la temporada de 2024. Ni en ésta ni la pasada ni prácticamente en la última década. Al final la cosa acabó con palmas de tango del público pagano y un toro moribundo. Sí, también Manzanares cortó una orejita intrascendente por una faena derechista con buen principio y aceptable final. El inicio vibrante, por abajo, con el Victoriano repetidor. Tras derechazos a destajo y ladear la cabeza al segundo intento por la zurda, quedó una buena estocada. Generoso el público, que también debe sostener esta Feria de Julio, con el alicantino al regalarle una orejita.

Sebastián Castella tuvo uno de esos días en los que parece fluir sobre la plaza, lo ve claro y los chismes le vuelan de forma especial. Ahí es un prodigio. Por momentos con su primero de El Pilar, que traía buen son, su muleta estuvo presta para sujetar la embestida que repetía con cierta vibracion. Castella y su facilidad. Pinchazo, estocada y descabello tras aviso para saludar una ovación.

Con el cuarto también guardó esperanzas el matador de Beziers. Un Victoriano de carácter manso y corretón, que derribó por la grupa al piquero. Fea caída con el cuello del caballo retorcido y el picador quedando atrapado debajo del caballo. Se empeñó Castella en un pase cambiado en los medios que llegó prácticamente al relance tras barbear tablas. La cosa duró dos tandas a derechas. Inédito Castella al natural. ‘Casero’, que así se llamaba el toro, se pegó a tablas y ahí prácticamente se acabó.

A destacar la tarde de José Chacón, digna y torera, con los palos y con la capa. También se desmonteró Ambel en el tercero, con el que bregó afanoso Álvarito Montes. Era uno de Victoriano manso que le metió bien la cara a Talavante en un par de tandas, pegado a tablas para rematar de pinchazo y estocada.

Manzanares se cargó a su primero de un telonazo en el mismo inicio de la faena de muleta y para postre lo mató a la quinta. El sexto de El Pilar se derrumbó cuando Talavante se ponía bonito e intentaba arrucinas y todo.

Qué pantomima, qué desastre.

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