AARÓN PALACIO ARRANCA UNA OREJA POR NATURALES EN LAS VENTAS

Crónica al vuelo desde Madrid.

Amable se llama el primer novillo de Alcurrucén. Negro, bragado y corrido. De mazorca blanca, que dicen que eso gusta. Astifino. Lo miden  en varas. Permite dos quites. Primero Aarón Palacio por chicuelinas airosas, breve, con orden y cabeza; y la réplica de Sergio Sánchez, con la capa de frente por detrás. El novillo se centra, va fijándose. Resulta exigente y su embroque por el izquierdo requiere de una carrera o un MBA. Por ahí no acaba de acoplarse el extremeño Sergio Sánchez, que lo hace mejor en redondo, por abajo, esperando más la embestida y llevándola más sujeta. Pasando por alto al novillo y a pie firme se encontró mejor: en el quite ya citado, en el inicio poco conveniente por ayudados  en los medios y en el final arriesgado por bernardinas. Estocada pescuecera.

Aarón Palacio al final se cita con el sobrero que se llama Zambombero, también de Alcurrucén. Colorado. Gordo, bajo. Su embestida tiene temple, cierta clase. En los delantales y media de Zulueta y en la brega de Sierra va a más. Al último tercio llega con la casta despierta, pronto a los cites pero con su genio. Exigente por el derecho, por izquierdo embiste por el palillo. Firme Aaron Palacio, pero sin salvar los enganchones. Cuando se pone más en corto, el genio bravucón acaba rajándose, desentendido. Estocada tras pinchazo y aviso.

Con todo en contra y tras otro sobrero, esta vez de Montealto, un novillo de extraños movimientos, como descaderado, Javier Zulueta lo brinda al público en medio de una sonora protesta para que sea devuelto y de repente le cuaja dos tandas de naturales, semi de frente, de suerte cargada, mucho ajuste y con los vuelos que apaciguan el ambiente y ya. El novillo pidió la hora y la encontró con una casi entera.

El cuarto, de los músicos, Clarinete, también se derrumba a la mínima. Y eso que es el más chico de todos. Castaño chorreado, de mazorca blanca, estrecho de sienes, choca con el peto y el caballo ni se inmuta. Batalla perdida. Hay un quite por tafalleras de Palacio que se coloca entre lo mejor de la tarde, cuando todo parece ir cuestabajo. Se para, se derrumba, hace una embestida buena, se tambalea. Sergio Sánchez lo intenta. Y nada.

Correntón y distraído el cuarto. Embiste bruto. Quite por chicuelinas largo de Zulueta que merece la pena por la media, vertical y recogida. Remonta Aarón Palacio, que tira de valor y de la verdad más pura del toreo al natural. Desde el inicio de rodillas, toreando por ayudados por alto, aguantando el tirón. La embestida con genio y a media altura, descompuesta, se la pasa el aragonés por la barriga. Aguanta, y cuando el.pitón derecho no se entrega, surge la mano izquierda, el valor y um corazón que se siente torero, desde los mismo cimientos. Hay dos series, de cintura y cadera engrasada, de mucho aguante y pulso en la muñeca. Todo en una baldosa. Torero el desplante. Enorme la estocada que no basta y necesita de dos descabellos tras aviso. Una oreja en Madrid.

El sexto se aploma demasiado pronto, pero tiene teclas que tocar en una distancia, temple y colocación determinados. Zulueta lo descubre por casualidad. Pero la tarde ya está derrotada. Buena estocada. La novillada de Alcurrucén en martes y trece ha sido decepcionante.

Deja un comentario