La vendimia de Requena ha celebrado su tradicional corrida toros. La rejoneadora francesa Lea Vicens abría cartel y los matadores valencianos Jesús Duque y Román se medían a pie. El flojo y muy justo de presencia encierro de Garzón Valdenebro marcó una tarde en la que el público acompañó llenando prácticamente mitad del aforo y con ganas de ver triunfar a la terna mixta.

El triunfo se lo llevó Jesús Duque tras cortar dos orejas al quinto de la tarde, el toro de mejor presentación y más serio de la tarde. Lo que de verdad pesó fue la soltura que demostró Duque ante sus paisanos. Tuvo facilidad para desenvolverse en los terrenos de cercanías, templar y vaciar las embestidas y dejarse llegar a la taleguilla los pitones. La espada fue la que decantó la balanza. Si al primero le recetó un bajonazo feísimo, al quinto le endosó una muy buena estocada que valió de sobra para levantar las dos orejas y salir por la puerta grande.

Román quedó prácticamente inédito con su primeros, desesperadamente inválido. Así, todo lo apostó ante el sexto, el de mejor fondo del encierro. Prácticamente en penumbra -las luces de la plaza sólo se encendieron una vez arratrado el sexto-, Román puso la plaza de Requena a hervir con una arruina de rodillas los medios y una faena en la que sacó las mejores virtudes del animal. Primordial fue el ajuste y la ligazón. Como empezó acabó, toreando de rodillas en redondo y el público totalmente entregado. Pero la espada, el descabello, la penumbra y todo le privaron a Román de los máximos trofeos que el presidente negó. Sólo una oreja tras aviso con petición de la segunda para el de Benimaclet.

La rejoneadora Lea Vicens cuajó una tarde irregular. Combinó fallos al clavar con brillantes pasadas y al final sólo sumó un trofeo en su segundo turno. Su primero se descordó nada más salir, corrió turno y echó el sobrero en cuarto lugar. Al final resultó éste el de más apariencia y el que le permitió a la francesa conectar con unos muy receptivos tendidos.