UN BECERRISTA COMO SALIDO DE UNA PELÍCULA EN BLANCO Y NEGRO

Era la segunda novillada sin picar de la Magdalena. O clase práctica, que así se anunciaba en el cartel, aunque eso suena fatal. A concepto muy 2.0. Una becerrada, que suena mejor, con seis guapos santacolomas de Pablo Mayoral y la aparición de un becerrista como salido de una película en blanco y negro de los años 50.

De otro tiempo su vestido grana y oro viejo con un puñado de historias, mil puestas y su carilla de torero entre susto y vergüenza. En los carteles se anuncia El Ceci y no queremos saber más. El misterio lo dejamos a la literatura y lo que la historia pueda dar de sí. Es alumno de la Escuela Taurina de Castellón pero podría haber salido de cualquier capea.

Su quite al segundo hizo temer lo peor. Con el capote está muy verde. Mas luego El Ceci se fue soltando y lució aroma y formas añejas con el primero de su lote, uno de Pablo Mayoral guapo y con cuello para humillar.

Torería de otros tiempos la de El Ceci, con cosas del México de El Pana y de Varea porque le queda cerca también; es como si se hubiese visto todas las pelis antiguas de cine taurino. Más que la faena en sí, la impresión, su timidez y naturalidad virgen. El sacarse la silla para empezar la faena sentado en ella o torear al natural vertical y sin tensión alguna, muy despacio o la expresión de los ayudados finales. Como lo cazó a la segunda le dieron dos orejas.

En el sexto fueron pinceladas. Sobre todo el toreo por abajo. El inicio rodilla en tierra y los ayudados, el querer descolgarse de hombros, muy vertical, a la mínima ocasión entre enganchón y enganchón. Con la espada, un sainete. Pero eso también pasaba en las pelis en blanco y negro. Salió hombros.

Jorge Rivera, también alumno de Castellón, se fue a recibir al segundo de la tarde a porta gayola. El novillo de Pablo Mayoral marcado con el 102 pasó de él. Rivera decidió mantenerse en el sitio hasta que el novillo lo viese. Desde las tablas se le arrancó y fue cogido de lleno por anticiparse al lanzar la larga. Tremenda la paliza, pero sin consecuencias. En la faena de muleta no perdió las formas y demostró mucha voluntad pero sin levantar excesivas pasiones. Efectivo a espadas, se le concedieron dos orejas de un paisanaje excesivo.

El quinto abría un poco más la cara y se movió mucho de salida. Otro novillo notable que ha dejado estar una enormidad. Jorge Rivera primero se pasó de mecánico para después, a instancias de la voz de un banderillero desde el callejón, ponerle un poco más de sal al guiso. Un poco de gusto, un poco de garra. Así consiguió despertar a los tendidos, sobre todo con un puñado de muletazos ayudados por abajo y varios desplantes mirando al público. Al final fue una oreja generosa tras pinchazo y otro hondo y atravesado. Tres y puerta grande.

El murciano Jorge Martínez representa a la Escuela Taurina de Almería. Le correspondió un primer eral de Pablo Mayoral con un temple exquisito que marcaría de inicio lo que iba a ser la novillada. Cárdeno oscuro y la mazorca blanca como el nácar. Por el derecho abusó y el novillo le marcó por dentro varias veces. Aprovechó por ahí la cadencia hasta que el novillo se lo echó a los lomos. Por el izquierdo no insistió en exceso y la faena la decantó Jorge Martínez hacia el toreo más populista. Buena estocada y una oreja.

Mejor dimensión ofreció Jorge Martínez con el cuarto pese a lucir el novillo una condición más distraída y protestona. El bagaje acumulado por el alumno de la escuela de Almería salió a relucir en éste para acabar imponiéndose y aprovechar las virtudes del animal. Brindó al ganadero Pedro Jovani, que ayer echó también una notable becerrada. Jorge Martínez destacó sobre todo toreando al natural con gusto y mucha suavidad. Otra vez fue volteado sin consecuencias y firmó un final por ayudados y luego con un arrimón con pases cambiados. El fallo con los aceros le dejó sin premio.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Castellón, 27 de marzo de 2019. Cuarta de la Feria de la Magdalena. Clase práctica. Erales de Pablo Mayoral buenos en líneas generales para Jorge Martínez (oreja y vuelta al ruedo), Jorge Rivera (dos orejas y oreja) y El Ceci (dos orejas y silencio). Jorge Rivera y El Ceci, a hombros por la puerta grande. Dos tercios de aforo (más de 6.000 personas).

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