«UNA CASTA REMONTADA», EL TORO ‘JABALEÑO’ SEGÚN PABLO DEL RÍO, SU GANADERO

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El festival del 2 de mayo para reabrir la monumental de Las Ventas ha vuelto a recuperar las pasión de las conversaciones de toros. Por un lado la obra maestra de El Juli con un Garcigrande, y por otro el encuentro eléctrico entre José María Manzanares y ‘Jabaleño’ con el hierro de Toros de Cortés, de la casa Victoriano del Río, han centrado -y ya era hora- el debate. En Embestidas hemos querido conocer el análisis y valoración de su ganadero, Pablo del Río. De entrada, no lo duda: «Como virtudes de ‘Jabaleño’, la bravura. Pero luego, al final, también matiza: «la suya era una casta remontada».

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Fue un animal bravísimo desde que salió, remantado en burladeros, en el tercio de varas fue espléndido. Un animal que no es del volumen, del tamaño de Madrid, pero sí estaba frente a los caballos de Madrid. Era un toro de la corrida de Sevilla de este año. Entendemos que con un trapío sobrado para Sevilla. Le teníamos fe al toro, le teníamos como un toro bravo aunque otras virtudes le faltaron«, explica Pablo del Río.

En el peto destacó el toro por su pelea: «El tercio de varas fue excepcional y a partir de ahí siempre galopando, que es una de las mayores virtudes que buscamos, muy pronto en los cites, con ganas de pelear siempre. Pero a esa bravura le faltó entrega.»

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Puede ser una imagen de una o varias personas, animal y al aire libre

«Hay una bravura en la que le llevan hasta donde le mandan. En este caso el toro protestaba. Cuando le obligaron por abajo aguantó un par de tandas yendo hasta el final, pero luego protestaba y salía con la cara por arriba. Queriendo siempre, se mantuvo en esa casta interior de querer continuar, pero le faltó ese punto para alcanzar esa conjunción que hace que una faena suba dos o tres escalones y se convierta en faena cumbre.»

De hecho hay una serie en la que se decantó esa casta interna, cuando Josemari Manzanares más le apretó: «el toro protestó, vio que le podían y se mantuvo metiéndose por dentro o embistiendo recto. Josemari le daba todas todas las ventajas. Le tocó de todas las formas posibles, por dentro, por el centro, por fuera… y el toro embestía protestando. El embroque era muy bueno, pero a partir de mitad del muletazo era una auténtica quimera saber si te iba a coger o no… Josemari estuvo muy generoso con el toro, tal vez demasiado.»

En definitiva, ‘Jabaleño’, según su ganadero «fue un animal bravo, pero sin pulir, con signos defensivos. Como en los vinos remontados, era la suya era una casta remontada, como decía un familiar mío, que es cuando se pasa de la casta brava a la defensiva, y ahí hay que bajarle la nota».

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