Foto Plaza Toros Castellón, Manolo Moreno
Un día más, el cromatismo en los tendidos de Castellón y el gris plomo en el cielo. Paragüas y chubasqueros de colorines. Marino, tabaco y verde esperanza y oro en la terna, por orden de antigüedad: Morante, De Justo y Aguado, que además fueron obligados a saludar al romper el paseíllo. Qué humor. Media plaza siendo generosos. El toreo de Pablo Aguado fue la felicidad de la tarde en una corrida de Juan Pedro Domecq anovillada y sin emoción alguna.
El primero se mantuvo en pie de puro milagro. Tenía sobrepeso y escaso trapío. Fue un dechado de buena voluntad agarrado con alfileres. Una estupenda media de Morante para pasar de varas a banderillas. Toro que quería pero que podía lo justo. Muy obligado, el de la Puebla le cosió el toreo a su muleta. Muletazos muy atrás. Redondeados hasta la cadera, sin alivio. Pero ‘Lírico’, que así se llamaba el primer juampedro, no estaba para la épica. A la que olió las tablas, pasó de todo como desrazado que era. Buena estocada y una oreja paseada en vuelta rápida. Morante desfondó a su cuadrilla al primer sprint.
Muy suelta la cara en el coloradito cuarto. Todo muy ito. Morante quiso. Hasta (como antes Aguado en el tercero) empezó rodilla en tierra, pero no hubo brillo ni al inicio ni después. Abecerradas embestidas, rebrincada. Para olvidar. Media lagartijera y un descabello.
Una raspa anovillada fue el jabonero que hizo segundo. No le sobraban las fuerzas, pero tenía pies. Y dos puntitas cornidelanteras. Se movió mucho y no resultó fácil para Emilio de Justo. Un torero en su situación, estrenando trato de figura en estas ferias, pues quiere cuajar estos toros, ser infalible, gustar… Y lo que parecía fácil, –un juampedro anovillado por trapío y por edad, cumplía los cuatro años este mismo mes–, pues no lo fue. Ya el quite, por querer rizar el rizo por chicuelinas y dos medias de remate, como si no bastase con una, salió apurado. Se puso muy de verdad y apostando mucho por el toro y por el toreo. Emilio de Justo fue generoso en la distancia. Desde los medios. Las tandas tuvieron emoción, tensión, pero faltó limpieza. El toro se rebrincaba y además exigía mando y ni media relajación. Tras un muletazo bueno, un enganchón. Tras un natural mejor, un desarme. La estocada no resolvió la lidia. Necesario el descabello, el trofeo quedó en ovación tras aviso.
Un puyazo malo quebrantó al quinto: caído, atravesado, donde la paletilla. Quedó en tullido y De Justo en enfermero. Demasiado rato echó con él. El público protestó el trasteo, y con razón. Era un simulacro, pero la lluvia y el frío no.
Otro toro con la edad recién cumplida fue el tercero. ‘Tirano’ se llamaba, pero no se le parecía a Putin. Tenía cara de bueno. Pablo Aguado le hizo un comienzo rodilla en tierra torerísimo, aguantando, y muy por abajo. Ahora con la palma, ahora con el envés, sin moverse le ató tres o cuatro en vibrante inicio. Muy torero sobre todo. De pie, la primera serie tuvo su personalismo empaque y encanto. Vertical y excelente rima. La ligazón. Con armonía brotaba el toreo regado por la lluvía y un trincherazo que enamora a la gente de Castellón. La felicidad en faena muy paseada. De aquí para allá. El toreo en movimiento, pero también asentado, encajado, gustoso. Feliz, toreando bajo la lluvia. Al natural firmó tres auténticos, Rebozados, de aires faraónicos. Y un final otra vez rodilla en tierra.
Pablo Aguado es torero de faenas breves y con el juampedro se entiende de maravilla. Si todo fluye… Pasó en València y más y mejor en Castellón. Cuando Aguado tomaba la espada, al toro parecía que le quedaba media faena más. Su toreo no obliga, no rompe, pero gusta. La sensación de profundidad viene por la largura o la pausa, el ritmo y el ajuste que también consigue. El volapié fue de libro, pero desprendido, y dos orejas. Hacía falta una alegría entre tanto charco.
Más embarrada fue la faena al sexto. Otra vez por abajo el comienzo., pierna flexionada. No hubo armonía. Los muletazos tropezados, las series descompuestas, el toreo embarrado. La muleta pesaba y la tuvo que cambiar. La banda atacó con la Concha Flamenca en mitad del diluvio y el ruedo convertido en espejo. Esta vez la ovación fue para el saxofonista.
FICHA DEL FESTEJO
Castellón, viernes 25 de marzo de 2022. Sexta de la Feria de Magdalena. Toros de Juan Pedro Domecq, anovillados, blandos, nobles y desrazados. Morante de la Puebla, oreja y silencio. Emilio de Justo, ovación tras aviso y silencio. Pablo Aguado, dos orejas y silencio. Media entrada en tarde lluviosa. De Justo brindó el segundo al jugador del Villarreal CF Alfonso Pedraza. Morenito de Arles se desmonteró en el quinto.