En el corazón de la novillada, cuando el eral de nombre ‘Sembrado’ arreaba a diestro y siniestro y José Arévalo se empleaba a fondo en su lidia; muy eficiente el de Moncada, andando y casi que corriendo hacia atrás: sujetando muy por abajo cada lance, fijando y persiguiendo la enrazada embestida; fue en esas cuando Miguel Polope se sacó en su turno un prodigioso quite por chicuelinas en los mismos medios. Verticales y sentidas, despaciosas y toreras con una media plena de gracia. Claro, todavía no había rematado, ya estaba Jordi Pérez, ‘El Niño de las Monjas’ para entendernos, cogiendo montera y capote para responder. ¿Cómo? Pues yéndose a los medios y soplando un farol de rodillas, y luego otro, y luego una larga así, arrebatadora. La plaza se puso a mil: unas 2.500 personas, que ya son. Y como dijo Ismael, si esto pasa en Sevilla la banda de música lo habría adornado con un oportuno arranque musical.
Los dos valencianos, uno de Torrent y el otro de Carlet, se hicieron así los amos de una tarde que contó con un lujo de novillada de López Gibaja, por seria, variada y hasta con tres novillos notables. El mejor ese ‘Sembrado’ que hizo tercero para Jordi Pérez.
Fundamental fue la brega de Arévalo. Luego Jordi de Carlet no dudó. Apostó por la verdad, su verdad, frente al novillo. Muy entregado, los riñones y los talones perfectamente asentados y la mano muy por abajo. A veces un pelín atacado. Pero qué carajo. Jordi es novillero de raza. Y además tiene buen concepto. Hubo ajuste, buen trazo, tragar y tragar con la embestida encastada. También modernidades como la arrucina para abrochar la tanda más arrebatada y ese final por abajo para luego echar las rodillas al suelo y bordarlo en dos soberbios derechazos. Final de premio gordo. La estocada letal y la bella muerte de ‘Sembrado’. Su casta era infinita y duró hasta el último suspiro. Si le hubieran concedido la vuelta al ruedo al novillo y las dos orejas a Jordi Pérez nadie se habría rasgado las vestiduras. Pero el presidente se puso exquisito y lo dejó en una. La ovación al arrastre del novillo, de las grandes de la temporada en València a un toro.
‘Rubí’ fue el cuarto y Miguel Polope, con el premio de Algemesí calentito, lo tuvo que pulir. Casta más bruta. Novillo para un puyacito. Por abajo lo sujetó de salida y los doblones para empezar la faena de muleta tuvieron su aquel. Uno rodilla en tierra fue un cartel. Por el derecho le encontró el aire enseguida. Cada cite, muy en largo. La muleta abajo, hundida, siempre por delante, para enganchar la embestida en tromba. Y en esa vorágine hasta se permitió soñar Polope: Toda su verticalidad asentada, los hombros caídos y tres o cuatro redondos rematados en la cadera. Ahí llegaba el impacto. Por el izquierdo el acuerdo costó. Por ahí el novillo se rebrincaba como un potro desbocado hasta que al final tragó y venció el de Torrent. Los remates puntuaron al alza y las manoletinas finales tuvieron personalidad. La estocada fue fulminante y el trofeo, de los gordos. Otra vez el presidente no tuvo a bien premiar la proyección.
La tarde, además de por la interesante novillada fe Gibaja o las estupendas e ilusionantes faenas de Jordi o Polope, se distinguió por reunir seis espadazos por seis novillos. Ninguno de los chavales falló en la suerte suprema.
Diego García (ET de Colmenar) abrió la tarde con otro de los buenos novillos. Muy bueno su concepto, se expresó y transmitió más siempre al natural. Al final dio una vuelta al ruedo tras merecida petición. Bajó el segundo ejemplar, algo falto de fuerzas. Con este el francés Yon Lamothe de la Escuela Taurina de Bayona se mostró correcto pero sin demasiadas opciones. Tras las sucesos de los dos valencianos, fue el turno de Juan José Villa ‘Villita’ (ET Yiyo de Madrid) con un novillo complicado en el que se unieron casta y mansedumbre. Por momentos al madrileño se le vio desbordado y en otros echando siempre el paso adelante. Otro novillo que acabó rajado fue el sexto, pero Fran de Vane (ET de Albacete) no volvió la cara y aceptó pegarse el arrimón muy pegado a tablas y tras estocada y petición dio una vuelta al ruedo.
Los festejos en torno a la festividad el 9 d’Octubre continúan mañana 7 de octubre con una novillada de Los Maños y el día 9, martes, con un festival taurino a beneficio de la Fundación Toro de Lidia.