Arriba el telón a las ilusiones. El milagro del toreo se cita cada día en pleno meollo del bullicio fallero a partir de hoy y hasta el día de San José en la Plaza de Toros de València, a eso de las cinco de la tarde. Las corridas falleras cumplen 90 años y arrancan con una novillada sin picar para seguir mirando al futuro. Seis chavales y cinco escuelas. Una manchega, tres apegadas al Mediterráneo: Málaga, Almería y València; y otra mexicana de Aguascalientes. El planeta toro no tiene fronteras ni hay político facha o pseudo progre que se las imponga. Pero oye, esta tarde, la de casa, la de València, se destacó claramente con Jordi San José y Miguel Polope, que son de Carlet y Torrent, respectivamente. La eralda de Borriol con la marca de Daniel Ramos salió regular.
Una raspa para abrir feria y plaza. Se le trasparentaban el costillar y los ijares al tal ‘Tornero’. Le dio por buscar las maderas desde su salida al animalito y la faena no tuvo otra que esbozarse ahí, bien pegada a tablas. Jesús Moreno, de Albacete, acertó a correr la mano ya al final del trasteo tras tratar de acoplarse desde el saludo capotero sin demasiado tino.
Otro novillo fue el castaño que hizo segundo, ‘Cachaco’. Totalmente diferente: serio y cuajado. Hondo. Fue recibido con una ovación. No humilló ni por esas. Destacado el tercio de quites por las chicuelinas que desempolvó Miguel Polope y que Jordi San José no tuvo otra que contestar. Bendito tercio de quites suspiro el amigo Montesinos.
Faena con argumento y novillo encastado. El primer objetivo de Jordi Pérez, El Niño de las Monjas, ahora Jordi San José, fue bajarle la gaita, luego meterlo en la muleta y al final disfrutarlo y rizar el rizo. Un combate sobre la diestra, certero el toque, un tuya-mía. Al natural apareció la seda. Perfectos los vuelos y el viaje un metro y pico más allá. Los derechazos y la arrucina de rodillas abrocharon y pusieron a batir palmas al personal. Faena sincera y a más sobre el valor y la inteligencia. El bajonazo final dejó el premio grande en una oreja.
Miguel Polope se mostró imponente y sin rival. Muy terciado y sin aristas, más allá de mantenerlo en pie con temple milimétrico, el novillo de Daniel Ramos fue un mero calentamiento para un Polope que pide a gritos el salto a otro escalafón. Corto una oreja sin despeinarse.
Para el murciano Jorge Martínez, alumno de la esfuela de Almería, fue el novillo de mejor condición. Con motor, pies y celo. Brindó a Rafaelillo. ‘Burlón’ se fue sin someter ni fijar y acabó aquerenciado. Martínez trató de imprimir arrebatado estilo en una faena muy tropezada y con alguna velocidad de más impuesta por el animal.
Muy protestón el eral que le corresponde a Rafael León. Esa movilidad fea e incómoda tan propia de la edad y falta de seriedad se declaró por la mano derecha. Por la izquierda mejoró la relación, pero sin trascender a unos tendidos adormilados cuando se superaban las dos horas de festejo. Hasta sonó un aviso en medio del silencio.
El sexto atendía por ‘Mocoso’ y era un rato astifino. Emiliano Robledo, de Aguascalientes, está verde. Con el capote necesita mejorar un rato. Mientras, con la pañosa la idea es ligar y quedarse quieto con más ética que estética. Pero no somete aún. La inercia la marcó siempre el novillo hasta que descubrió que detras de la muleta no había nada y buscó la escapada. Un aviso en plena persecución por manoletinas y otro justo antes de una estocada delantera al segundo intento. Fin. Mañana primera corrida de toros de Fallas. La de Victorino para Rafaelillo, Octavio Chacón y Varea.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de València, 9 de marzo de 2018. Primera de la Feria de Fallas. Novillada sin picadores Erales Daniel Ramos tan discretos como desiguales de comportamiento y presentación para Jesús Moreno (E.T. Albacete. Palmas), Jordi San José (E.T. Valencia. Oreja), Miguel Polope (E.T. Valencia. Oreja), Jorge Martínez (E.T. Almería. Ovación y vuelta al ruedo tras aviso), Rafael León (Málaga. Silencio traw aviso), Emiliano Robledo (E.T. Aguascalientes ETMSA. Silencio tras avisos.). Un tercio largo de aforo (casi 4.000 personas). Se guardó un minuto de silencio al final del paseíllo en memoria del aficionado Salvador Boix, el artista Enrique Moratalla Barba y el señor ganadero Nadal Mas.