#FOGUERES2019/ UNA PUERTA GRANDE SIN SUSTANCIA, LA EMOCIÓN DE UN PUYAZO Y TRES AVISOS

El verano ya llegó. Lo hizo como una hora antes del primer paseíllo de Fogueres 2019 y sin amenazar con desesperantes calores. Tarde agradable, como apuntalaron los clásicos en el fraseo recurrente de las crónicas taurinas y otros saraos, y un final inesperado: a la intrascendente puerta grande de Ginés Marín se sumó el drama de los tres avisos a David de Miranda en el último.

Menos mal que para el torero es agradable la feria taurina de Alicante. Una vez apagados los focos de la apasionante vorágine que se vive y desvive en Las Ventas por el maratón de San Isidro, las desembocaduras relajan el paso en la medida de lo posible y sueltan lastre. A otros no les queda otra que guardar reposo porque las cimas de San Isidro se mancharon de la sangre de los toreros impactantes: Román y Pablo Aguado entre ellos, a quienes no les quedó otra opción que renunciar al paseíllo de Alicante.

Así, a la Fira de Fogueres 2019 le tocó reparar su primer cartel. Solo los toros de El Parralejo y López Simón eran originales. Luego entró David de Miranda por Román y a última hora Ginés Marín por Pablo Aguado. Alrededor de los dos tercios en los tendidos, el aforo se resintió lo justo. No hubo avalancha de devoluciones, pero por si las moscas la taquilla cerró de 14 a 16 horas en día de festejo. Por si las moscas, claro. Ginés Marín abrió una puerta grande de escaso valor y el público alicantino cuando de verdad se emocionó y se puso en pie fue por el puyazo de Rafael Carbonell al último de la tarde, al que después le sonarían los tres avisos. Qué cosas tienen las tarde de toros.

La clase del primero enamoró. ‘Inspirado’ se llamaba. Fue el anticipo de una manejable y noble corrida con más posibilidades de lo que arroja el marcador final. Mucha clase, calidad, pero justas las fuerzas tuvo el primero. La cara humillada desde su salida para buscar por abajo burladeros y capotes. López Simón quiso acariciar, pero en los momentos clave llegaba un tirón a destiempo o a saber qué, y el buen toro rodaba por los suelos. El inicio fue explosivo, rodilla en tierra, y ya con la embestida muy toreada. Pero la faena fue a menos y el público acabó por  impacientarse ante tanto tropiezo.

Más exacto fue el temple de López Simón con el castaño cuarto. Más exacto y sobre todo muy ajustado. Esta vez el toreo se dibujó en trazo largo, ligado y reunido. Por ambas manos a muy buen nivel. Dejando la muleta muy puesta por delante, recogiendo el buen son de toro de El Parralejo. El madrileño de Barajas se atracó en la suerte suprema y la estocada cayó contraria. Al final fue una oreja bien mesurada.

El primer paseíllo en Alicante de Gines Marín ha llegado por la sustitución de Pablo Aguado. El extremeño le cortó una oreja a su primero, ‘Carapapa’, como toda la corrida con el hierro de propiedad de Pepe Moya, tras una labor eléctrica cerrada de una muy buena estocada. Un inicio espectacular con un cambiado de rodillas dio paso a una faena de trazo brusco ante una embestida exigente y sensible a los toques de más. Forzado Ginés Marín, virtud suya fue encontrar soluciones en cada serie, siempre a favor de corriente. La buena estocada acabó por asegurarle el trofeo.

El quinto se llamó ‘Panadero’ y fue más alto y zancudo. Marín le hizo un quite extenso por chicuelinas, tafalleras y varios remates tropezados; y por si no había bastante, otro quite para mejorar la primera versión. El toreo, sin sustancia, tiró más por el efecto de cara la galería hasta que el toro no podía ya ni con el rabo. Otra buena estocada vino a justificar la oreja alicantina y, por lo tanto, la puerta grande sin trascendencia.

David de Miranda se presentaba también en Alicante. Había ocupado el puesto de Román tras abrir la puerta grande de Las Ventes. Se estrenó en la millor terreta de món con ‘Marinerito’. Más toro y también más en la línea del hierro madre, Fuente Ymbro. Embestida menos profunda y con dos velocidades. Igual desesperaba su sosería que le daba por no parar de girar y girar a media altura. Destacó el valor y aguante de De Miranda y sobre todo tres naturales muy toreados. Al final aprovehó las inercias del derecho, ligó una arrucina y la espada desbarató todo.

Cuando ya la tarde firmaba su defunción entre agradable, cómoda y previsible, salió ‘Protestón’ cual alma libre al ruedo y se fue a por el caballo nada más verlo. Rafael Carbonell desde lo alto se agarró perfecto. El espectáculo en varas fue, a la postre, lo que más emocionó al público alicantino: ver al toro huir y estrellarse en el peto y empujar de puro manso. Luego la faena de David de Miranda consistió en sujetar y tratar de molestar lo justo. ‘Protestón’, pues eso. Se despistan, cabeceaba, escarbaba, gazapeaba y se movía sin ritmo alguno. Una estocada atravesada y un sainete con el descabello le dieron a la tarde un final inesperado. David de Miradada escuchó lo tres avisos y el toro tras una carnicería con el descabello se fue al corral.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Alicante, 21 de junio de 2019. Primera de Fogueres 2019. Toros de El Parralejo, justos de presentación, nobles en general salvo el manso sexto para López Simón (silencio y oreja tras aviso), Ginés Marín (oreja y oreja tras aviso) y David de Miranda (silencio y tres avisos). Dos tercios de aforo (alrededor de 7.000 espectadores).

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