Sobre un pitón que valía un cortijo escribió Manuel Diosleguarde su triunfo en Algemesí. De puerta grande el pitón derecho del Cebada ‘Apaño’ y el toreo en redondo con sello de Salamanca. Dicho queda.
Se llamaba ‘Apaño’ el segundo Cebada y fue lo más potable de todo el encierro. Tan bonito como cómodo de cabeza. Recogido y abrochado. Muy vareado y justo de presentación. Cebada ha venido otras veces a Algemesí con mejor fachada. Casi siempre. Pero más allá del escaso trapío, la clase que atesoraba y que ya se manifestó de salida, con la cara hundida tras los vuelos del capote de Manuel Diosleguarde.
El pitón derecho era de cortijo y no se le escapó. Ritmo y humillación hasta el final. El salmantino acarició con sobriedad y clasicismo charro. Temple y largura en el toreo en redondo. Así de despacio. Hasta de rodillas. Hundido de riñones y cimbreando la cintura en una serie final de gran ajuste y profundidad. La estocada quedó un pelín desprendida y dos merecidas orejas fueron para Manuel Diosleguarde.
‘Castañuelo’ cerró el festejo. Un novillo castaño precisamente y con cuajo. Lleno. Hondo. Seriedad en los pechos y su bandana. Como virtud, su humillación. Mucha clase, pero falto de poder. Desfondada la embestida. Aun así Dioleguarde brilló en un par de naturales de categoría. La huella de Robles ahí se vio impresa. Qué bonito es a veces el toreo con denominación de origen. Un pinchazo y estocada tras aviso y descabello solo permitió palmas antes de la salida a hombros.
El primer Cebada de la tarde se llamó ‘Golfito’. Burraco. Templado fue el manejo capotero del mexicano Héctor Guriérrez. Ya me lo había apuntado Jose ‘El Pincho’ de Museros en la previa de rocaful. Dice que le gustó en Calasparra. «Mueve bien la capa», me había comentado unos minutos antes en la calle Muntanya, a los pies de la plaza. Y así lo hizo. Ritmo en los brazos, estupendo y pausado vuelo, naturalidad y variados los remates. Muy bonita la larga.
Luego le faltó poder al Cebada. Fue el gran problema de una novillada demasiado justa de presentación. De Guitérrez quedó el concepto. Que coge la muleta queriendo sentir la tela con las yemas, y su firmeza, lo que se hunde en los talones o la pureza del cite. Estocada efectiva y una oreja.
Fue imposible refrendar el triunfo con el cuarto. Sin clase y a la defensiva, Héctor Gutiérrez no encontró continuidad entre gañafón y gañafón. La buena estocada solo permitió la vuelta al ruedo.
En el turno de rejones justo antes de la merienda Mario Pérez Langa lo hizo todo. Su novillo, también de Cebada, se paró en exceso y siempre tuvo que llegarle mucho y ajustar cada pasada. Así, uno de sus caballos se llevó un puntazo en una nalga. De la templada y bulliciosa labor de Pérez Langa destacó su especial conexión con el público de Algemesí y también un par a dos manos con las cortas. El descabello privó al aragonés de los trofeos y el premio final quedó en ovación tras aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Algemesí, 22 de septiembre de 2019. Segunda de la Setmana de Bous. Novillos de Cebada Gago justos de presentación y nobles en general, pero de escaso fondo y poder, salvo el buen segundo, para Héctor Gutiérrez (oreja y vuelta al ruedo), Manuel Diosleguarde (Dos orejas y palmas tras aviso) y uno para el rejoneador Mario Pérez Langa (ovacion tras aviso). Se desmonteró la cuadrilla de Diosleguarde tras las banderillas en el quinto. Lleno.