A Manuel Perera un novillo le sacó las tripas de una cornada en el San Isidro de Vistalegre. A escasas doce horas del percance desde Embestidas entrevistamos a su apoderado, el torero Juan José Padilla: «Las primeras palabras de Manuel Perera antes de dormirse es que quería saber si había cortado las dos orejas. Y lo mismo cuando despertó de la anestesia, él quería saber cómo había estado, le preocupaba cómo lo había recibido la gente, y eso dice mucho. Me emociona. Me recuerda ese punto de locura que los toreros tenemos para conseguir ese reto de ser figuras del toreo. Él esta muy animado, dentro de la situación, y aceptando con humildad este percance».
San Isidro fake decía un servidor, días atrás. Retiro lo dicho y pido disculpas. El futuro de la fiesta se enfrentó a su presente con todas sus armas frente a una excelente novillada de El Juli para apostar el todo por el todo. De fake, aquello que sucedió en el ruedo no tenía nada. La verdad y la autenticidad se desbordaron de pura ansia.
Antonio Grande toreó desde el arrebato, ese que ha ido incubando de un año y pico perdido por una pandemia… Tomás Rufo bordó el toreo en una tarde clave… Y Manuel Perera, en la segunda novillada picada de su carrera, un año y dos meses después de su debut en Olivenza y una pandemia mundial, se fue tras la espada, se tiró sobre los pitones como si ahí estuviese su gloria y su futuro…y se llevó una cornada de 30 y 40 centímetros, con un parte que asusta. El doctor Enrique Crespo volvió a obrar el milagro.
Así lo cuenta Juan José Padilla al programa de radio Embestidas: «Dentro de la gravedad, porque ha sido una cornada tremendamente grave, estamos muy contentos por la evolución. Está con muchos dolores, pero fuera de peligro. Tiene dos trayectorias 30 y 40 centímetros en el abdomen, con la rotura de toda la musculatura abdominal, pero estamos contentos por la evolución y porque no hay perforación de paquete intestinal, ni de ningún órgano ni venas ni arterias».
«Estamos orgullosos de la dimensión que pudo dar. Manuel Perera atravesó esa línea que solo son capaces de atravesar nada más que las grandes figuras, y este chaval, mejor dicho este torero, con solo dos novilladas picadas, ha demostrado que quiere ser figura y estar a ese nivel la primer fila de la novillería.»
Ojalá una tarde tan importante como la novillada de El Freixo en Vista Alegra para Antonio Grande, Tomás Rufo y Manuel Perera sirva para impulsar un escalafaón necesitado, hambriento de torear en público y que es el futuro del toreo. Para Juan José Padilla «los chavales están con ese deseo de poder demostrar lo que llevan dentro. Hace falta que haya un relevo, que haya interés por los novilleros, que tengan más oportunidades y que la gente se ilusione por la chavales que son el futuro del toreo. Esa es la dimensión que dieron los tres novilleros. Sabían que la oportunidad de estar en ese cartel y en esta feria solo la tenían ellos de todo el escalafón y así salieron, con el cuchillo entre los dientes».