Juan Ortega, que torea desde su interior, es una de las revelaciones definitivas del San Isidro que ha sucedido en el Palacio Vista Alegre. La expresión total que veníamos esperando, sucedió. Por eso era oportuno rescatar estas palabras, como se ha hecho desde el programa Embestidas: «El toreo es difícil de todas las maneras. Pero si encima lo que quieres interpretar es algo más interior, siempre es más complicado, porque no siempre tu interior está disponible.» En Vista Alegre su interior estaba disponible. La temporada también lo necesitaba. Y él también: «Es una recompensa a la convicción que tiene uno».
Así explicaba su toreo Juan Ortega al final de 2019, cuando dio sus primeros toques de atención. Entonces nadie sabía que 2020 quedaría en las garras de la pandemia. «Me siento bien. Aunque uno quiere y necesita ese triunfo grande, estoy contento de que lo que yo llevo soñando tanto tiempo, lo que en definitiva me gusta, como yo interpreto el toreo. Porque bueno, al final no sabes si lo que estás intentando expresar le va a gustar a la gente o no. Al final eres un producto y no sabes si tu producto va enganchar. Todo esto es como una pequeña recompensa al esfuerzo, y más que al esfuerzo, a la convicción que tienen uno en cuanto a concepto o manera de interpretar el toreo. Eso me da mucha fuerza para seguir ahondando en ese camino».
«El toreo es difícil de todas las maneras, porque al final el toreo es luchar contra el instinto de conservación. Lo natural es correr y tú educas a tu cuerpo a quedarte quieto. Pero si encima lo que quieres interpretar es algo más interior, siempre es más complicado, porque no siempre tu interior está disponible. Hay días que me pongo a torear y no me salen las cosas por ningún lado y aquello es una birria.»
«El toreo además cuenta con algunos handicaps que no dependen de ti. Si la tarde está buena, si el viento, y además todo depende de un animal que no sabes cómo va a salir. Hay una serie de circunstancias en el toreo que no dominas y que lo llenan de dificultad y también de grandeza. Por eso cuando uno es capaz de pegarle 20 naturales en Madrid y poner aquello boca abajo, pues, lloran como magdalenas; un tío que ha sido capaz de pasarse al toro por la barriga 30 veces y lo ves derrumbado llorando como una magdalena. Es tan difícil que se den esas circunstancias, que se toree el toro despacio, que se mate bien… cuando todo se junta es casi un milagro.… Cuando he conseguido hacerlo con mi interior, como comentaba, es difícil».
TORERO DE AFICIONADOS
«Es un paso previo. Los aficionados son los que antes se dan cuenta de las cosas, antes que el gran público porque entienden más y ven más toros que el gran público.»
EMBESTIDAS 