Hablamos con Emilio de Justo. Es el nombre, o uno de los nombres principales, de la temporada. O de varias temporadas en una. Por incertidumbre, intensidad o competencia. Con todos esos factores y una (auto) exigencia máxima, Emilio de Justo ha logrado cerrar el año con triunfos rotundos en Sevilla o Madrid que lo consagran definitivamente como figura del toreo. La entrevista completa la puedes escuchar a partir del minuto 38 aquí, en Embestidas.
«Era consciente de todo lo que me jugaba este año . Al final se ha quedado como una temporada normal para mí, con 36 corridas de toros, y va a ser la temporada más importante de mi vida. Fui muy consciente desde el principio y he sabido canalizar todos esos factores.»
La competencia ha sido voraz. Eres representante de la renovación y afianzamiento del escalafón.
«Los toreros hemos sido conscientes de la situación que estábamos pasando. Las figuras han seguido ahí, pero por detrás venimos un grupo de toreros que queremos coger el relevo y asentarnos en la cima, y eso es bonito porque el aficionado se ha ilusionado con nuevos toreros. En mi caso, pues feliz de ser uno de esos toreros y de poder dar lo mejor de mí a los aficionados.»
El poder de la mente ha sido fundamental. A partir del 4 de julio y el triunfo de Madrid la temporada cogió mucha regularidad: «Con el paso del tiempo uno va siendo consciente de todo lo que te juegas cada día y gracias a Dios ha habido recompensa.»
«Sentir Sevilla, su sensibilidad, sus olés tan bonitos, fue algo único. De las tardes más bonitas de mi vida. Y luego que se te entregue Madrid como Madrid sólo se entrega. Son dos tardes inolvidables.»
Repetiste vestido en Sevilla y Madrid.
«Sí, repetí vestido. Lo estrené en Sevilla y al darme buena suerte lo repetí en Madrid. Es el único vestido que me hice este año, como había tanta incertidumbre y no sabíamos qué iba a pasar. Para el año que viene ya nos haremos alguno más.»
Seguro que esos nuevos vestidos de torear son de esos que llevan galones de figura del toreo.