De repente, los tres días de toros en València con motivo de la Virgen de los Desamparados y el recuerdo a Manuel Granero por el centenario de su muerte (que pésimo detalle ni dedicarle un cartel), han sido un soplo de aire fresco, con la primavera ya en ebullición, una llamada a la ilusión. Porque detalles no han faltado cada día, con el triunfo total de Isaac Fonseca ayer a la cabeza, en el cierre dominical se ha lidiado una eralada de Aida Jovani (Sant Mateu, Castellón) lustrosa, cuajada e interesante. Encastada, noble, pero sin regalar nada, con sus cosas.













Joan Marín, de Almassora, compartió un buen tercio de quites con Sergio Sánchez (ET Badajoz). Este por faroles de rodillas ligados con gaoneras de la misma guisa muy emocionantes, y la contestación de Marín por chicuelinas bien ligadas. Joan Marín hizo lo mejor al natural, pero un cambio en los terrenos no le vino bien al novillo que marcó querencias y ya tendió a defenderse. La espada no funciono y en uno de los intentos llegó una voltereta seria. Ovación.
El extremeño Sergio Sánchez compuso la faena más completa frente a un burraco claro, hondo y cuajado, pero al que le faltó motor. El novillo ya estaba muletero tras los lances de recibo, y en el último tercio le costo tirar hacia adelante. Ahí Sergio Sánchez demostró buen sitio en la cara del animal y una amplia paleta de recursos. Se lo dejó llegar mucho y le puso todo el temple que requería el novillo para tirar de él. Buena estocada y una oreja.
Ignacio Boné (ET Huesca) se topó con un novillo de pelo negro, cuajado y, sobre todo, muy encastado. Intenso al embestir, un poco bruto, difícil de someter y ordenar conforme. Exigía temple, también perderle pasos y al tiempo no dudarle, ponerla por delante y engancharlo sin que sorprendiese. Cuando se paraba metía bien la cara, pero cuando ponía la quinta, reponía y arrollaba. A la espada, tras el esfuerzo, le costó entrar. Ovación.
Alberto Donaire dejó los mejores pasajes de toreo de la tarde frente a un precioso burraco de Jovani. Alguna verónica para enmarcar en el saludo, por templada y sentida. Porque le echó de salida perfectos los vuelos y trajo la embestida muy toreada, sin tirones, con gusto. Y lo mismo logró con la muleta, con la suerte cargada y luciendo ante la bondad del animal, al que le faltó tener mejor final, mejor remate tras las telas. Donaire también se llevó una fuerte voltereta. A la espada le costó entrar, pero la vuelta al ruedo como premio tuvo estupendo sabor.
Javier Aparicio, de la Escuela Taurina Castellón, también ha querido mucho. No se ha dejado nada dentro. Ha combinado su intención de hacer el toreo bueno y de estar en novillero. La nobleza y buen fondo del novillo han ayudado a conjugar la faena que se ha iniciado de rodillas con el pase cambiado. La actitud y también una muy buena impresión de su mano zurda han sumado hasta lograr el premio de un trofeo.
Miguel García ‘El Potro’ ha cerrado con un castaño salpicado con buen aire y fijeza en su embestida. Con mucho querer, este Potro se ha demostrado como torero poderoso. Sus mejores muletazos han sido muy por abajo, con el compás abierto y, sobre todo, queriéndolos hacer muy despacio. Cierre por bernardinas y los aceros que se han atascado hasta necesitar el descabello. Ovación y vuelta al ruedo al novillo.
Y así, hasta julio, que ya veremos qué feria nos anuncian.