Tras el terremoto de Roca Rey y el buen toreo sin espada de Román, la Plaza de Toros de València acogió una hora después, con un cuarto de entrada, una clase práctica en sesión nocturna con erales de Monte La Ermita, que regalaron embestidas nobles, enclasadas y encastadas. Al tercero se le dio la vuelta al ruedo.
A ése Marco Polope (ET Valencia) le firmó gran faena. Desde los ayudados iniciales hasta el toreo más sentido por abajo. De aires verticales, buen encaje y mucho temple, la contundencia a espadas valió para el premio de dos orejas y vuelta al novillo. Esa faena, por cierto, Marco Polope se la brindó a su hermano Miguel Polope, que sigue recuperándose de su lesión.
Borja Navarro (ET Valencia), variado y eléctrico, pero sintiendo y transmitiendo las emociones de todo lo que hacía, también desorejó a su novillo. Variado con el capote, vibrante inicio de rodillas y faena muy por abajo. Premio merecido de dos orejas.
Pablo Vedri, muy nuevo, de la Escuela de Castellón, dejó excelentes lances a la verónica y demostró su sentido del temple para enganchar y llevar muy toreada la encastada embestida del sexto, un novillo de capa negra, con hechuras de torito y que repetía incansable y exigente. La faena de Vedri también se premió con dos orejas y compartío salida a hombros con Marco Polope y Borja Navarro.
El Mene, de la ET de Salamanca, abrió la nocturna, con buena formas y mucha actitud hasta dejarse coger en varias ocasiones. Cortó una oreja. Siguió Tristán Barroso (ET de Badajoz), que por el mal uso de los aceros solo recibió ovación. Y Ángel Delgado, de la ET de Úbeda, que cortó una oreja del tercero.